Parejas de Doble Carrera: Estrés Trabajo - Familia



En anteriores artículos estuvimos hablando sobre qué entendemos por Estrés. Además, aclaramos que Eustrés sería el estrés bueno, aquel que nos permite sobrevivir y, en definitiva, hacer las cosas del día a día y que para referirnos al estrés que nos agobia y que nos desborda, usaríamos el término Distrés. Y como muchas cosas en esta vida, cada individuo tendrá un determinado aguante, para soportar las embestidas de Estrés que toquen a su puerta. Para mayor información podéis acudir al post “Concepto de Estrés, el incomprendido dolor emocional” publicado en este Blog.

En la línea del anterior artículo, hoy les contaré como los Psicólogos clasifican a las parejas, en las que los dos miembros trabajan, en función del tipo de estrés que soportan. Porque no olvidemos que la conciliación Trabajo – Vida familiar para la pareja es difícil, sin entrar en otros aspectos como sus condiciones económicas, país de residencia, nivel de estudios, apoyo familiar, etc., que pueden agravar más la situación y por tanto generar un mayor estrés en el ambiente.

La Clasificación que muestro a continuación, proviene de Hall, D.T. y Hall, F.S de 1980 y define las parejas en las que los dos trabajan o Parejas de Doble Carrera como “dos personas que comparten un estilo de vida que incluye vivir juntos, roles laborales separados y unas relaciones afectivas que son valiosas para ambos”. Y en los estudios se demuestra que en este tipo de parejas hay una gran posibilidad de generación de conflictos y de estrés ocasionados “por las interferencias entre el trabajo y la vida común”

Las cuatro tipo de parejas propuestos por estos autores son: Acomodaticios; Adversarios; Aliados y Acróbatas. Esta clasificación permite comprobar qué funciones y en qué cantidad realiza cada miembro de la pareja en el plano laboral y familiar, consiguiendo este modo saber  qué miembro de la pareja sufre mayor desgaste u estrés, por un lado, y qué parejas sufre mayor estrés, en comparación con otras, por otro. Vamos a comprobarlo.


1.- ACOMODATICIOS: Son aquellas parejas en las que uno presenta niveles altos en implicación de su Trabajo y bajos en los asuntos de la Casa, y el otro justo lo contrario: bajos en su carrera profesional y altos en la casa. Se llaman Acomodaticios porque se “acomodan” a esta situación, en la que uno se dedica más al trabajo y el otro a la casa.

En las parejas que deciden ser acomodaticios, en la mayoría de los casos todavía sigue siendo la mujer la que se ocupa más de las tareas de la casa y el hombre el que se dedica a mejorar su carrera profesional. Y es así porque a pesar de que en nuestra cultura se le está dando en los último años importancia al asunto de la igualdad de género y de reparto de las tareas domésticas, en las Encuestas de Población Activa, publicadas en el INE (Instituto Nacional de Estadística), se sigue comprobando que son Ellas las que dedican mayor esfuerzo que Ellos al cuidado de la casa y menor preocupación al cuidado de sus carreras profesionales.

Es más, normalmente es el hombre el que tiene mayor salario, debido a la desigualdad de género existente en la sociedad y que comentábamos en artículos pasados, (La cultura principal generadora de diferencias entre el hombre y la mujer) y por tanto las parejas deciden cuidar o mimar el trabajo del que mayor salario aporte. En ese sentido y según reflejan las estadísticas, en las parejas (heterosexuales) en las que uno ha tenido que dejar el trabajo para el cuidado de un hijo o un familiar, coincide que suele ser la mujer.

Aunque, como ustedes podrán comprobar, todo esto va pasando por etapas y a veces serán ellos los que se deban ocupar más de la casa y viceversa, puesto que sabemos que  el mercado de trabajo es caprichoso, sobre todo hoy en día.

Por último decir que si ambos miembros valoran positivamente la labor del otro, las tensiones y el estrés que soporta este tipo de pareja son mínimos.


2.- ADVERSARIOS: Parejas en las que ambos presentan niveles altos en implicación de su Trabajo y bajos en los asuntos de la Casa. Pero valoran y necesitan que los asuntos relacionados con la Casa estén atendidos.

Vamos que son parejas que ambos se implican en su desarrollo profesional, no dedican tiempo a su Casa, pero necesitan que esta esté arreglada, la comida a su hora, los niños bien vestidos y cuidados, la ropa planchada, etc. Efectivamente, si ambos disponen de recursos económicos u otros miembros de sus respectivas familias para que las labores de la Casa y familia estén atendidas, los problemas disminuirán, en caso contrario son de las parejas que mayor nivel de estrés soportan.

Y el nivel de estrés no nace de la competición entre sus carreras, sino que cuando uno necesite del apoyo del otro en el aspecto social/familiar y de la casa, no lo encontrará porque ninguno atendió ese aspecto. Es así como nacen las frustraciones y la tensión entre los miembros de la pareja, porque a cada uno de ellos les gustaría que el otro dedicase más tiempo a la Casa.

 
3.- ALIADOS: son parejas en las que:
   1)   Ambos presentan niveles altos en implicación de su Trabajo y bajos en los asuntos de la Casa y No necesitan que los asuntos de la Casa estén atendidos,  o bien
   2)  Ambos presentan niveles bajos en implicación de su Trabajo y altos en los asuntos de la Casa.

Son Aliados porque deciden darle importancia a las mismas tareas y no se preocupan en si las otras quedan desatendidas. En estas parejas si ambos continúan así, el nivel de estrés y la fuente de conflicto serán mínimos, pero en el instante en que uno de los dos comience a darle más importancia a otra tarea o a las dos al mismo tiempo, comenzará a crecer el estrés en ellos.


4.- ACRÓBATAS: Ambos presentan niveles altos en implicación de su Trabajo y también altos en los asuntos de la Casa. Son acróbatas porque se implican de forma importante, en sus carreras profesionales por un lado y en las tareas de la Casa o familiares por el otro.

Quieren ser un buen empleado, atender bien a sus clientes, estar formados adecuadamente para sus puestos de trabajo y al mismo tiempo, cuidar y jugar con los niños, atender al otro miembro de la pareja, hacer las labores domésticas…

Son parejas que tenderán a tener una importante fuente de estrés ya no tanto por las posibles diferencias o conflictos entre ellos, sino más bien por la elevada carga de faena y tareas que realizan. Atender ambas funciones genera mayor agotamiento. Aunque dependerá de el tipo de personalidad de los distintos miembros de la pareja.

En ese sentido las parejas con recursos económicos podrán aliviar su carga de tareas de la Casa si tiene a su disposición alguien que las realice. Ahora bien, y según criterio propio, en ese instante ya no serán Acróbatas, sino Aliados, porque ya no son ellos los que se impliquen en las tareas domésticas, porque ya nos las realizan.


Por tanto:
a)   Las parejas que sufrirán mayor estrés serán, por este orden, Acróbatas, seguido de  los Adversarios, luego los Aliados y finalmente los Acomodaticios.
b)     El tipo de pareja puede fluctuar a lo largo de la vida de esta. Por ejemplo, una pareja puede comenzar por clasificarse en Acomodaticios, para posteriormente ser Acróbatas.
c)      Por último decir que la Percepción que tengan, de su respectivo rol y del rol del otro miembro de la pareja, influye porque:
1.      Habrá algunos que consideran que se implican mucho o poco en su Casa, cuando realmente no lo hacen, y  mucho o poco en el Trabajo y no es así.
2.      Y hay otros que consideran que el otro se implica mucho o poco en Casa y mucho o poco en su trabajo y tampoco es así.


En definitiva valorar el trabajo del otro reconforta y afianza la relación, puesto que una competición entre los miembros de la pareja, en la que uno siempre dice que hace más que su pareja, sólo llevará al desgaste emocional y genera altos niveles de estrés. Trabajen en equipo mediante la Comunicación, la Valoración de las tareas del otro, la Confianza de sus habilidades y, cada equis tiempo, Reparto consensuado de funciones para evitar la monotonía.



Bibliografía:
Desencadenantes del Estrés Laboral, José Mª Peiró, catedrático de Psicología Social y de las Organizaciones de la Universidad de Valencia.

La Espiral del Silencio

Desde aquí os quiero hablar hoy de un tipo de conducta que desde siempre me ha preocupado y para ello os pondré como ejemplo una anécdota personal:

Cuando era niño, todas las tardes nos juntábamos en la plaza del barrio unos veinte chiquillos. Unos diez eran “Mayores”, tendrían entre 10 y 13 años, y la otra mitad tendría de 5 y 9 años. Yo estaba en el grupo de los “Pequeños”. Ahora recuerdo cada momento de aquellas tardes de juegos de forma especial, pero ocurrió una situación que me llamó especialmente la atención.

Todo ocurrió el 24 de junio de 1984, día de San Juanito, en una localidad de la provincia de Salamanca. Durante ese día era costumbre que los niños construyéramos casetas de madera para decorarlas con globos y demás cachivaches, pidiéramos dinero por las calles, con el correspondiente platito para que los mayores depositaran algunas pesetas después de pedirles “una pesetita para San Juanito” y, por la tarde, después del agotador día de trabajo, acudíamos a un ultramarino (antes no habían supermercados), y comprábamos la merienda, que posteriormente era devorada en las respectivas casetas. Hasta ahí todo bien.

Resulta que ese año se levantaron dos casetas en el barrio: una de los Mayores, y otra de los Pequeños. Todo iba estupendamente, hasta que, por la tarde, los Mayores nos propusieron la idea de juntar nuestro dinero con el suyo, encargándose ellos de hacer la compra, para rato después juntarnos en la plaza, hacer una merendola y disfrutar de tan estupendo día. Desde aquí les tengo que decir que ¡esa tan estupenda merendola nunca llegó y ese día ya no fue tan estupendo!

¡Se formó el conflicto en el barrio! Evidentemente los Pequeños fuimos engañados por nuestros amigos los Mayores. Pero ahí no quedó la cosa. Los Pequeños, nos dimos cuenta de la jugada y algo enfurecidos nos acercamos sin complejos a los Mayores, exigiéndoles parte del “Botín”.

Todas nuestras negociaciones fueron desestimadas por los Mayores, que nos amenazaban con el arma más potente de aquella época: un Alfiler. Sí, con esa arma fueron explotando los globos de nuestra maravillosa caseta y su fuerza física hizo el resto. ¡Nos quedamos sin caseta, sin globos, sin dinero y sin merienda!


Fuimos agredidos por los Mayores que hicieron uso de su superioridad, de sus mayores conocimientos en "tácticas de negociación" y de su fuerza. Aunque concretamente sólo nos agredió un miembro de los Mayores, pero el resto de su grupo no hizo nada para contradecirle, el resto no quiso ver, oir y cayó su voz.  

Voces que si se hubieran escuchado, habrían conseguido derrocar la idea del individuo agresivo, consiguiendo de esa forma que todos, Pequeños y Mayores, merendásemos en Paz. Aunque por suerte, fue cosa de un solo día y nunca hubo rencores por ninguno de los dos "bandos".



Todos podemos pensar que eran cosas de niños, pero esa misma conducta “infantil” o de “crios” como dirían algunos, si no es corregida a tiempo, hay mucha probabilidad de que se repita años más tarde por los mismos agentes agresores. Es decir, que si no se corrige la conducta agresiva, al principio diremos que es cosa de niños, luego en la adolescencia, que es normal porque están en la edad “del pavo” y finalmente, como no se ha corregido diremos que es un individuo con morro, chulo o agresivo. Y desde aquí les comento que sobran individuos de ese tipo.

Y este tipo de conductas sucede más de lo que la gente se imagina: como todos podremos comprobar, suele haber un compañero de clase o de trabajo que es objeto de burlas, de las gracias o abusos de los demás y quizá el que encabece la agresión no suele ser el que mejor notas saque en clase ni el que mejor trabaje en la empresa, pero sí es uno de los que tiene Poder, como podremos comprobar posteriormente.

Entonces ¿por qué generan esta situación de Abuso, de Agresión, de querer vencer sobre el otro?

Uno de los factores que más influye al ser humano es estar un ambiente competitivo. Se ha demostrado que cuanto más competitivo sea o se perciba que sea el ambiente, mayor probabilidad de que se produzcan este tipo de situaciones de agresión.  (Indico que en el día de San Juanito se competía por tener la mejor caseta y el mayor “Botín”).  No hay que olvidar que la agresión surge también en ambientes en los que hay escasez de recursos. (Y quizá los Mayores habrían conseguido menor dinero, pero eran conscientes que juntándolo con el nuestro aumentaban sus recursos considerablemente).

Fíjense que este suceso lo califo como agresión, de los mayores hacia los Pequeños, y no exagero, porque por agresión en Psicología se entiende que es cualquier forma de conducta dirigida a dañar o injuriar a otro ser vivo (Baron y Richardson, 1997). Y la Intención de dañar es, sin duda el elemento central de la definición.

En ese sentido la intención de dañar nace porque el que agrede verbal, no verbal o físicamente adquiere Poder (al principio sin ser conscientes, pero posteriormente saben lo que hacen) y los que siguen al agresor se contagian de dicho poder, todo en detrimento del agredido y amigos del agredido. E incluso se puede observar cómo las personas que hasta ese momento eran tus amigos se pasan al lado contrario, porque allí no son agredidas (en San Juanito, por continuar con el ejemplo, hubo algunos pocos que se cambiaron de bando).


Pero para que se consolide esta situación de Agresión hacen falta los siguientes elementos:

1)    Ambiente competitivo, como decíamos anteriormente. Un ambiente en el que se premie al que gane o venza y no al que comparte o ayude.
2)      Que exista alguien o algunos que sean minoría y, por ello, presenten alguna diferencia, por pequeña que sea, en el hablar, vestir, pensar, color de la piel, sexo, edad, tendencia sexual, etc. (Recuerden las palabras de  la Neurobióloga Louann Brizendine, vistos en artículos anteriores, en las que se indica que la sociedad, se basa en las mínimas diferencias entre ambos sexos y las convierte en máximas o contrarias para justificar así la inferioridad de la mujer o del hombre en algunas profesiones). Y eso mismo ocurre si un alumno en clase es minoría, ya que el resto podrá usar las diferencias, por mínimas que sean, para agrandarlas y tener poder sobre él.
3)      Que la agresión sea reiterada en el tiempo. Que se produzca diariamente o cada vez que vean a la persona objeto del abuso, sino estaríamos hablando de una broma pesada.
4)      Que con el paso del tiempo, el resto de actores (compañeros del agresor) minimice la gravedad del suceso. Hasta digan comentarios como “es que se lo estaba buscando” o “se lo tiene merecido”, refiriéndose al agredido.


Y es aquí, cuando quiero hablarles de La Espiral del Silencio: la agresión pública y silenciosamente tolerada.

Noelle-Neumann 1906-2010
Esta es una teoría muy utilizada en Psicología, que fue acuñada por la Politóloga Noelle-Neumann en 2003 y viene a decir lo siguiente: “es el proceso por el que la no intervención y el silencio de los observadores de las agresiones o actos violentos son interpretados como señal de conformidad, de modo que lo que es sólo opinión de una parte llega a ser considerado como una manifestación de aceptación generalizada. Esta situación, cuando se produce de forma sostenida, dificulta cada vez más la expresión de posiciones contrarias a este tipo de acciones”. (Elena Gaviria y otros).


En otras palabras, es el proceso por el que alguien comienza una conducta o acción que perjudica a otro/s y el resto de oyentes no reacciona ante esta inadecuada conducta, por miedo o por no querer discutir. De este modo el agresor percibe que su conducta no es rechazada o criticada por el resto y de esta forma volverá a realizar ese incorrecto comportamiento, que a la larga se convertirá en costumbre o norma social.  De esta forma,  el agresor se combierte en un líder negativo y “la victima pierde la esperanza de contar con apoyo social, el agresor persiste en su conducta” y el restova desarrollando estrategias de afrontamiento, que pasan por evitar verse comprometidos (evitan el contacto con la víctima) y dar señales pasivas o activas de simpatía hacia los agresores (justifican sus acciones, minimizan lo ocurrido, participan en actividades con ellos)”, se alían con el enemigo activa o pasivamente (Elena Gaviria y otros).


Por todo ello hay que tener en cuenta que:
  1. Ojo con los ambientes competitivos pues favorecen la agresión. Competitividad sí, pero sin olvidar que hay que reforzar de la misma manera las conductas de Ayuda y Compañerismo. (Recuerden lo que sucede en los partidos de fúbol y la insistencia de un fair play).
  2. Estas conductas agresivas no son cosas de niños, porque si no se corrige, el futuro adolescente tiene todas las papeletas de convertirse en un compañero que realice bullying en la escuela o posteriormente cuando sea adulto, mobbing en el trabajo. Y hasta consideran que es algo normal, pues tienen bajo índice de empatía.
  3. Que la conducta agresiva no sólo se refleja en agresiones físicas o verbales, sino también en no dejar que el resto del grupo opine, participe o genere nuevas ideas.
  4. Que las personas agresivas imponen y persuaden para que se mantenga su criterio y en la mayoría de los casos no tienen tanta razón o no tienen los conocimientos suficientes para poder opinar.
  5. Que este tipo de conductas es propio de individuos que tienen déficit de Escucha Activa. Se aburren cuando no son ellos los que participan, monopolizan las tertulias y tienen escaso sentido del ridículo, porque no pueden ser ellos objeto de risa o bromas.

Finalmente queremos indicar que los padres en casa, principalmente, los profesores en las aulas y los formadores en las empresas, deben reforzar mayoritariamente las conductas de trabajo en equipo y colaboración y que no debemos echar la mirada hacia otra parte y decir que "no se puede hacer nada" o "que ese niño es así" o "que ya sabes como es" porque sí se puede modular la conducta de las personas. Y no olviden que la mejor arma es no olvidar al sujeto que no genera conflictos, es decir, hay que reforzar positivamente a aquel niño, joven o adulto que sí colabora, que sí ayuda a los otros. Y siempre predicar con el ejemplo.



¿Que tipo de Amor tendré con mi pareja después del verano?


Muchas veces habrán escuchado que durante los meses de verano y en concreto entre los meses de Agosto y Septiembre el número de las parejas que deciden separarse o divorciarse aumenta.

Como dice el refrán “cada pareja es un mundo”, pero los motivos por los cuales surge esta situación es porque previamente han ido ocurriendo ciertas alarmas que los miembros de la pareja no ha visto o ha obviado, como por ejemplo:

  • Dedican más rato al cuidado de los hijos que al cuidado de su relación
  • Diferentes puntos de vista para solucionar los problemas de los hijos 
  •  Reducción de los momentos de intimidad. 
  •  Ambos trabajan y apenas hablan de sus cosas. 
  •  Prefieren hacer tareas de ocio por separado. No interactúan. 
  •  Aumento de discusiones.
  • Preocupación por lo material, por lo mío o por mi trabajo y no por las necesidades del otro, etc.…

Todo esto se convierte en una bomba de relojería y en la época estival se ven “obligados” a estar más tiempo juntos y como a lo largo del año (o los años) no han practicado la comunicación, se ven desbordados. Porque si a lo largo del año la pareja ha discutido o se han visto o comunicado pocas horas al día, ahora que están de vacaciones y comparten más tiempo, habrá mayor probabilidad de discusión.

En este sentido en el INE (Instituto Nacional de Estadística) se muestra que entre los años 2001 a 2010, en España ha habido 123.000 disoluciones matrimoniales anuales, de media. Y por disoluciones matrimoniales se incluyen: divorcios, separaciones y nulidades matrimoniales.

Ustedes ahora se preguntarán ¿Cómo es posible tanta separación? ¿Qué está ocurriendo a nuestro alrededor? ¿Cómo es que la gente se casa para luego separarse, y si me apuran, tan rápidamente?...  Como ustedes sabrán, las respuestas pueden ser muchas.

Unos dirían que es cosa del cambio de mentalidad de nuestra sociedad, otros que la mujer ya no tiene miedo al divorcio, también que este ya no está tan mal visto como hace 30 o 40 años, que ambos sexos trabajan y no dependen económicamente del otro… Pero lo que nosotros les vamos a proponer es la respuesta que realiza Robert J. Sternberg, profesor de la Universidad de Yale.

Este psicólogo estadounidense ha creado una teoría llamada TEORÍA TRIANGULAR DEL AMOR. En este sentido, el tipo de amor de las parejas que están pensando separarse, lo llama Amor Vacío, convirtiéndose en Ausencia de amor cuando la relación ya se ha disuelto o roto.

Este autor indica que el amor tiene tres elementos básicos: Intimidad, Pasión y Compromiso. Siendo estos tres componentes, más o menos, independientes entre sí, y que, además, "la importancia que la pareja le da a cada uno de los componentes puede variar en la relación a lo largo de los años".

  1. La Intimidad: hace referencia a la conexión entre los sujetos implicados en la relación. Por ejemplo: comprensión mutua, compartir cosas, recibir apoyo del otro, alto nivel de comunicación, contar con el otro para hacer las cosas, sentirse feliz con la otra persona, prestar ayuda, etc.…
  2. La Pasión: es el deseo de unión con el otro. Se manifiesta en lo sexual.
  3. El compromiso: a corto o medio plazo sería decidir formar una pareja (hacerse novios o algo más que amigos) y a largo plazo sería decidir continuar con la relación (ir a vivir juntos, casarse…)

A continuación les mostramos una tabla en la que se observa los Tipos de Amor que puede existir en una relación.

Tipos de amor a partir de la teoría de los tres componentes de Robert J. Sternberg
 
  1. Ausencia de amor: No existe relación o esta ya se ha disuelto o roto.
  2. Agrado: define las relaciones de Amistad, en la que existe comunicación, pero no pasión ni compromiso.
  3. Encaprichamiento: Nace cuando hay una gran atracción hacia la otra persona. Es el amor de una noche. Surge con la misma rapidez que con que se disipa, normalmente. Podríamos definirla como el típico “Fechazo”.
  4. Amor vacío: Sólo hay compromiso. Por ejemplo, es el amor que existe en un matrimonio por conveniencia. También porque la Intimidad y la Pasión han desaparecido en la pareja y permanecen juntos para cuidar a los hijos. Otros casos serían cuando deciden seguir juntos porque algún miembro de la pareja no tiene ingresos, o porque necesitan pagar la hipoteca. También es el amor de las parejas que están pensando en la separación.
  5. Amor romántico: nace cuando la relación de amistad va más allá y surge la Pasión. Es el típico amor al que hace alusión, normalmente el cine y literatura.
  6. Amor compañero: Tiende a darse en las parejas en las que durante los años disminuye la Pasión, pero viven juntos y se cuidan mutuamente.
  7. Amor necio: Hay Pasión y deciden crear un Compromiso, pero aún no se conocen realmente, aunque ellos crean que sí (casarse demasiado rápido o al poco de conocerse).
  8. Amor completo: Cuando existen los tres componentes. Se traduciría en alto nivel de comunicación y preocupación por el otro, atracción física / sexual y compromiso de estar juntos y vivir juntos

En definitiva, vistos los Tipos de Amor que el profesor Robert J. Sternberg propone y que hoy en día es una teoría muy utilizada por la Psicología, hay que ser conscientes de que:

a)    la pareja puede modificar su tipo de Amor a lo largo de su existencia
b)   que la falta de comunicación o el querer vencer en las discusiones y no buscar el consenso, influye notablemente en la calidad de la relación
c)   que desgraciadamente las parejas siempre se han disuelto y lo seguirán haciendo, porque somos seres sociales, con capacidad de amar y odiar.
d)   que si prefieren que su relación se encamine hacia un Tipo de Amor u otro, traten de comunicárselo a su pareja
e)  que a partir de ahora, ustedes ya saben que cuando una relación se rompe después de las vacaciones, como indicábamos al inicio del texto, es porque hay Ausencia de amor.


Desde aquí les deseo  ¡¡Tengan un Amoroso día!!


Que podría haber ocurrido si... las cosas fueran de otra manera


Por todos es sabido, que cada cuatro años se celebran los Juegos Olímpicos. Y en este año 2012 se están celebrando en la ciudad de Londres y alrededores. Miles de atletas se han estado preparando para este acontecimiento, pero sólo unos pocos lograrán colgarse una medalla al cuello. El resto de participantes deberán conformarse con un diploma olímpico y con el orgullo de haber participado en el mayor evento deportivo del mundo.

Ahora bien, ¿todas las medallas son apreciadas de la misma manera, por los deportistas? Y concretamente, ¿sabe mejor una medalla de Bronce que una de Plata?

La respuesta está en nuestra mente, en la percepción que tengamos del resultado de un acontecimiento determinado. Y las investigaciones que se han realizado en este campo, por parte de los Psicólogos Sociales, se centran en las reacciones que muestran los atletas. En especial de aquellos que consiguen la Plata, pues generan un tipo de pensamiento llamado Pensamiento Contrafáctico.

Este tipo de pensamiento se caracteriza por PENSAR EN LO QUE PUDO SEREs el pensamiento por el cual queremos ir en contra de los hechos que han ocurrido. Y surge cuando sucede un acontecimiento no deseado, o cuando por muy poco no logramos el objetivo que nos habíamos marcado, como es el caso de los atletas que no consiguen el Oro y sienten que deben conformarse con la Plata.

Pero este tipo de pensamiento no sólo les ocurre a los que obtienen la Plata, sino a todas las personas que por poco no consiguen algo. Y en esa línea, se sabe que: a mayor importancia que le doy a un suceso o a una pérdida, mayor es el dolor y la frustración.

Podemos llegar a pensar que este tipo de Pensamiento es algo negativo, que nos hace sufrir, pero si realmente está ahí es que nos ha servido para sobrevivir como especie. De hecho nuestra mente es el resultado de millones de años de evolución y el Pensamiento Contrafáctico nos acompaña desde que somos seres sociales.

El Pensamiento Contrafáctico es un tipo de construcción mental que pertenece a la familia de los Heurísticos. Los Heurísticos son Atajos mentales que realiza nuestro cerebro para poder comprender la información que nos viene del mundo. “Atajos mentales que utilizamos para simplificar la solución de problemas cognitivos complejos, transformándolo en operaciones más sencillas” (Amos Tverky, Universidad de Stanford y Daniel Kahneman, Universidad de Princeton). Vamos que como no podemos procesar toda la información que nos rodea, aunque creamos que sí, lo que hacemos es simplificar las cosas para adaptarlas a nuestro mundo particular. De todas formas en otro momento hablaremos de los Atajos mentales, más a fondo.

Hay varios tipos de Heurísticos o Atajos mentales y el Pensamiento Contrafáctico pertenece a los Atajos mentales de Simulación. Es decir, que cuando ocurre un suceso no deseado lo que hacemos es “simular” el suceso mentalmente y así buscar el porqué ha pasado y buscar la causa.




Por ejemplo: Piensen en un atleta que corre los 3.000 metros vallas. Durante toda la carrera va en quinta posición y cuando faltan 150 metros, decide hacer un último esfuerzo. Comienza a adelantar a sus adversarios y se percata de que está más fresco que ellos, pero, como reacciona presuntamente tarde, entra a meta en segunda posición, a escasos centímetros del primero. 

A partir de ese momento y hasta que su mente no cambie el chip, va estar “simulando” que podría haber obtenido el Oro y que lo tuvo muy cerca e imaginará una serie de pequeñas circunstancias que se han combinado para provocar el resultado” (Elena Gavira y otros): tenía que haber realizado el spring antes, me molestó con el codo tal individuo, tenía que haber descansado más ayer, tenía que haber adelantado por el interior y no por el exterior…



Pero como decíamos antes, el Pensamiento contrafáctico no tiene que ser negativo, recuerden a los que consiguen las medallas de bronce, por ejemplo. Y es “porque comparan sus resultados con otros menos favorables, imaginando, (simulando) lo que habría sido quedar en puestos inferiores y no obtener ninguna medalla. De esta forma, estos deportistas experimentan sentidos positivos de satisfacción”  (Medvec, Madey y Gilovich).

Resumiendo, el Pensamiento Contrafáctico, es algo habitual en nuestro día a día. Lo practicamos cuando llegamos tarde al metro, a una cita, cuando no conseguimos aprobar un examen por los pelos, cuando no contamos algo a alguien y nos arrepentimos… y en multitud de situaciones.


Eso sí:
  1. Si nuestra mente imagina o “simula” situaciones en las que podíamos estar mejor, entonces nos sentiremos peor. Tendremos mayor frustración.
  2. Si conseguimos imaginar o “simular” situaciones en las que podríamos estar peor, nos sentiremos mejor.

Y no olvide que este tipo de Atajo mental sirve además para imaginar o “simular” situaciones futuras. “De hecho imaginar sucesos futuros hipotéticos hace que nos parezcan más probables”. (Elena Gavira y otros). Cuanto más fácil nos resulte imaginar algo, ya sea una conducta, una situación o un movimiento, más expectativas y probabilidades tendremos de comportarnos así. A esto se le llama Visualizar. Y, por favor, visualicen cosas buenas…

En fin, a partir de ahora ya pueden:
a)      aplicar este nuevo conocimiento en estos Juegos Olímpicos de 2012!!!
b)   contar a sus amigos o familiares que si el atleta que consigue la plata está triste, posiblemente es debido al Pensamiento Contrafáctico y
c)      que además gracias a este tipo de pensamiento pueden imaginar sucesos futuros.